Estas modificaciones, aplicables desde el 1 de enero de 2025, responden a la necesidad de adaptar la normativa fiscal a los cambios económicos y legislativos, facilitando así el cumplimiento tributario.
La digitalización ha transformado profundamente la economía global, introduciendo modelos de negocio que operan sin necesidad de una presencia física en los países donde ofrecen sus servicios.
Para inscribirse en REDEME las empresas deben cumplir ciertos requisitos, entre ellos, la obligación de enviar la información de sus facturas emitidas y recibidas a la Agencia Tributaria a través del Suministro Inmediato de Información (SII).
La correcta declaración del IVA intracomunitario no sólo es una obligación legal, sino también una práctica que protege a las empresas de sanciones y contribuye a un mercado europeo más transparente y equitativo.
Los administradores se convierten en responsables a cargo de que todo lo relacionado con la sociedad esté en regla, protegiendo el patrimonio y cumpliendo con las obligaciones legales para evitar sanciones.
Este método, también conocido como «módulos», simplifica el cálculo del rendimiento neto usando módulos preestablecidos en lugar de los ingresos y gastos reales, ideal para pequeños empresarios y autónomos.